Chiapas, la puerta grande del sureste de México

El estado más cercano a la línea imaginaria del Ecuador se desborda en cultura, tradiciones, historia y vastos recursos naturales para la práctica del Ecoturismo

Para mí el subirme a un avión siempre ha sido un evento que lleva a grandes aventuras; el comienzo de una nueva experiencia y una nueva vision de lo que me rodea. Salimos del Distrito Federal con rumbo a Villahermosa, territorio Maya. Esta ciudad del vecino estado de Tabasco, es la vía más cercana para llegar, vía terrestre, a la gran zona arqueológica de Palenque, denominado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO desde 1987, notable por su bello arte escultórico y su importante arquitectura en medio de la selva. Sin perder tiempo, llegamos a esta zona, que fue la capital de una amplia región (se cree era llamada Lakanhá) y una de las principales ciudades del mundo maya clásico junto con Tikal, Calakmul y Copán.

El sitio es notable por su bello arte escultórico, el complejo del Palacio y el Templo de las Inscripciones, en cuyo interior el arqueólogo mexicano Alberto Ruz halló en 1952, bajo una lápida empotrada en el piso, una escalera que conducía, 25 metros abajo, a la cripta funeraria del rey Pakal, una de las más importantes de todo el mundo maya descubierta hasta ahora (El museo Nacional de Antropología, en el DF, muestra una replica de ésta). Después de pernoctar en la ciudad de Palenque, continuamos rumbo a Bonampak, no sin antes hacer una escala en el parador “Valle Escondido” para desayunar como Dios manda.

Bonampak (nombre que significa “Muros Pintados”), fue una importante ciudad maya, famosa por sus pinturas murales. El apogeo de la ciudad ocurrió en el periodo Clásico tardío (600-900d.C.), y se cree que dependía política y culturamente de Yaxchilán. Entre las estructuras de su Acrópolis, está la Gran Plaza y la escalera que conduce a ella, con varias estelas en las que se ven personajes ricamente ataviados, destacando la de Chaan Muan II, de casi seis metros de altura. También está el edificio I, famoso por sus tres cuartos con pinturas murales, las mejores conservadas e importantes que se conocen del periodo Clásico Maya.

El recorrido ahora nos llevó a la comunidad de Frontera Corozal, en el municipio de Ocosingo (en los límites con Guatemala), donde se encuentra el Centro Ecoturístico “Escudo Jaguar”; este lugar ofrece servicios de hospedaje en cabañas rústicas y viajes en lancha por los ríos Usumacinta y Lacantún. Fue aquí donde comenzó nuestra travesía hacia Yaxchilán; monumental ciudad maya situada en el margen izquierdo del río Usumacinta; Yaxchilán es el prototipo de una ciudad perdida en la selva, notable por la gran cantidad de esculturas en piedra que incluyen estelas y dinteles.

Su superficie es muy extensa, sin embargo la visita se restringe a la parte compuesta por la Gran Plaza, la Gran Acrópolis, la Acrópolis Pequeña y la Acrópolis Sur. A la primera se accede a través del edificio 19 o laberinto (llamado así por la compleja distribución de sus cuartos) y donde te puedes topar con murciélagos escondidos en la oscuridad de las húmedas paredes de piedra caliza de la construcción.

Al regreso, no hay nada como una deliciosa cena, amenizada con los intensos gritos de los monos saraguatos (que avisan así la entrada de extraños a su territorio), quienes toman las copas de los árboles como su morada.

Al día siguiente, el tour apuntó hacia el campamento Lacanjá Chansayab, dentro de la selva lacandona, cuya superficie es un área protegida; es considerada como una de las regiones de mayor diversidad biológica en el trópico húmedo del continente Americano, y alberga un porcentaje muy significativo de las especies vegetales y animales de México (algunas ya en peligro de extinción). En este sitio recorrimos el sendero Sac Nok, disfrutando ampliamente de la naturaleza; nuestra siguiente sorpresa fue descubrir, escondidas en la selva, las ruinas de una pequeña zona arqueológica conocida como Lacanjá; lo más gratificante fue subir al mirador, en el dosel de una ceiba (árbol sagrado por los mayas) de 45 metros de altura, desde donde apreciamos cómo la selva parece una inmensa alfombra verde.

Siguiendo nuestro recorrido llegamos al Centro Ecoturístico Las Guacamayas, un proyecto creado por la conservación de estas aves amenazadas por la cacería debido a sus colorido y exótico plumaje. Aquí también encuentran refugio otras especies de fauna como el tucán, mono saraguato, tejón y armadillo.

Este lugar es ideal para los amantes de la naturaleza, ya que se puede observar a las aves en su estado silvestre, hacer caminatas por los senderos de los monos saraguatos, o dar un paseo hasta la Hacienda del Marqués de Comillas, protegida por la selva, la que, según la leyenda, no dejará salir a quien tome objeto alguno de este lugar (abandonado repentinamente hace más de 50 años). Se pueden disfrutar además recorridos a caballo, cuenta con cabañas de primer nivel y servicio de restaurante.

Por la noche llegamos a Comitán, donde descansamos del calor de la selva, ya con un clima más templado. La salida para el día siguiente incluía las Cascadas el Chiflón. Con casi kilometro y medio de caminata en andadores, escalones y senderos para apreciar la caída de 120 metros de altura de la cascada mayor, provocada por el río San Vicente. Sobre este mismo sendero, la naturaleza oferce dos cascadas más de menor tamaño, con diferentes espacios para la práctica de natación en aguas azul turquesa.

La zona cuenta con diferente servicios básicos y complementarios, atendido por los habitantes de la comunidad de San Cristobalito. Se puede además practicar el rapel desde la zona de la cueva y caminar en medio del bosque, donde hay una ruta para bicicletas de montaña, una pared de escalada artificial, una estación de juegos para niños y, para los fanáticos de la aventura, una tirolesa con dos estaciones de descanso que cruza frente a la cascada “Velo de Novia”, lo que la hace úncia en su tipo en Latinoamérica.

Nuestro siguiente destino en la ruta fue San Cristóbal de las Casas, fundada en 1528, enclavada en una hermosa zona de la meseta conocida como San Cristóbal y que forma parte de las montañas del norte de Chiapas. Hoy en día es una de las más bellas y originales ciudades de la region de los altos y de todo el Estado; a lo que hay que agregar la evocadora imagen colonial que ha conservado con el paso de los siglos. Cuenta además con una vida cotidiana, que casi pudiéramos llamar tradicional, con su Mercado, su gente e infinidad de índigenas con sus coloridas vestimentas, provenientes de distintas comunidades, que llegan al sitio a vender o intercambiar sus productos aretsanales.

Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, Ciudad que suena a marimba y huele a tazcalate, con habitantes que luchan para hacer crecer aún más todas sus riquezas. Nuestro destino final en este impresionante recorrido por el gran estado de Chiapas, y nuestro punto de retorno a la Ciudad de México.

Otros impresionantes lugares en Chiapas

-Cañón del Sumidero Durante el trayecto en lancha se pueden presenciar magníficas vistas del canon y sus impresionantes formas geológicas en los acantilados y a las orillas del río. El recorrido culmina en donde el estrecho cañón se abre a un soleado valle de donde brotan mágicas cascadas y se forman amplias y verdes cañadas. En el corazón de este imponente escenario surge, respetuoso de su entorno, el Parque Ecoturístico, donde puede disfrutarse al máximo y con todos los sentidos de éste fantástico lugar.

-Lagunas de Montebello. El area lacustre de Montebello, que formó parte de la antigua Hacienda de Tepancuapan, fue designada en 1959 como el primer Parque Nacional de Chiapas, protegido por decreto. Por su belleza espectacular es, sin duda algunas, uno de los sitios naturales más hermosos del país, debido a su ambiente acuático, tanto superficial como subterráneo. Los lagos son “uvales” es decir, antiguos cenotes que la corrosion de la roca caliza y los derrumbes han ido uniendo.